COMENZANDO ALGO NUEVO

Ronaldo Larico
Redactor
Paso a paso sigue recorriendo el lugar donde estaría una pequeña parte de su vida. La emoción lo envolvía en todo su ser. Empieza a descubrir que algo nuevo, bonito y muy curioso estaría empezando a partir de ese día.
Sus papás buscaban la forma de decirle que al día siguiente irá a un lugar donde aprendería muchas cosas, un espacio donde conocería amigos y se divertiría mucho. Él sonreía por curiosidad, aunque los nervios y el llanto comenzaron a nacer en él a medida que se acercaba el momento. Piensa en que no estará más en casa por las mañanas, lo cual era cierto. Su rutina cambiaría. La nostalgia de no ser más la cola de mamá en todos los sitios donde concurría comienza a sentirse.
El temor se apodera de él. Las lágrimas humedecen sus mejillas, pero quién más que ellas, tan astutas y creativas para acariciar sus rostros y comenzar a calmar ese recelo con un solo abrazo cálido, mientras que la boca de su madre va diciendo palabras tiernas, diciéndole que todo es por su bien. Después de ello le roba una sonrisa y le da tranquilidad. Es momento de que el niño se entregue a los brazos de Morfeo, siendo consciente de lo que le espera al día siguiente.
El cantar de los gallos es su alarma diaria, abren las ventanas de su alma. Inicia visitando la cama de sus padres con algarabía para levantarlos. Posteriormente mamá termina de alistarlo con la vestimenta que caracteriza su personalidad: con el peinado de punta dirigiéndose al cielo que al soñador tanto le gusta. Le indica cómo debe comportarse y él toma su mano rumbo al gran lugar que lo esperaría todos los días desde entonces.
Se encuentran parados cerca del recinto. Las librerías cercanas están repletas de padres comprando útiles escolares. Hay niños rompiendo en llanto, que le hacen recordar su reacción el día anterior, abrazando a su madre y siendo ingresado como cabra. La angustia volvía. Él no es el único, se da cuenta que amiguitos del vecindario también están ahí, siente una comodidad que lo impulsa a darle un abrazo a su mamá, despedirse y decirle: “vienes por mí”; ella con una sonrisa en el rostro ve a su palomita dar su primer vuelo.
Dentro del recinto, tras unos pasos y de tanto observar el lugar que le causaba temor, otras emociones, bonitas, empiezan a surgir en él por la etapa nueva que está comenzando, sin darse cuenta que ahí comenzaría la historia más hermosa que en algún momento será descubierta.